Las fuertes lluvias y la crecida de ríos en las provincias del sur de Tailandia provocaron inundaciones que han dejado decenas de muertos y un impacto humanitario significativo desde el 25–27 de noviembre de 2025.

Equipos de emergencia continúan las labores de búsqueda y rescate mientras las autoridades locales despliegan asistencia a las zonas más afectadas. Carreteras y puentes han quedado dañados, y miles de viviendas fueron anegadas. La respuesta incluye traslado de damnificados a albergues temporales, distribución de agua potable y atención médica para evitar brotes sanitarios. Los factores meteorológicos continúan condicionando el acceso a puntos críticos; la reconstrucción y la evaluación de daños será un proceso de semanas.
 
El evento expone la vulnerabilidad de la infraestructura regional ante eventos extremos y subraya la necesidad de mejorar sistemas de alerta temprana, inversiones en drenaje y planes de contingencia. La sequía-pluviometría irregular y cambios en patrones climáticos agravan la recurrencia de episodios severos.

Prioridad inmediata: restablecer rutas de acceso, garantizar agua potable y coordinar la ayuda internacional si la demanda lo excede.